miércoles, 9 de septiembre de 2009

CARACTERISTICAS DEL ROMANTICISMO



El Romanticismo. Características Se pueden resumir en las siguientes: La Libertad de creación frente a los cánones del Neoclasicismo. El Subjetivismo y el individualismo frente a la rigidez de las reglas académicas. Se valoran especialmente la originalidad, la diversidad y la particularidad frente a la unidad de la Ilustración. La Importancia de los sentimientos, las emociones y las pasiones (amor, sufrimiento, odio). Se exaltan los sentimientos religiosos, patrióticos y los inspirados en la naturaleza (el paisaje alcanza gran interés). Cobran relieve las ideas de libertad e igualdad. Gericault. Carrera de caballos La excelencia de la imaginación y la fantasía frente al racionalismo clasicista de los ilustrados, recreando mundos pasados (fundamentalmente, la Edad Media) o exóticos (Norte de África y Oriente).
Delacroix. Calle de Meknés Friedrich. Ciudad medieval El instinto frente a la razón y las situaciones límite frente al equilibrio y la armonía. Características del romanticismo El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo: • La conciencia del Yo como entidad autónoma y fantástica. • La primacía del Genio creador de un Universo propio.

• La supremacía del sentimiento frente a la razón neoclásica. • La fuerte tendencia nacionalista. • La del liberalismo frente al despotismo ilustrado. • La de la originalidad frente a la tradición clasicista. • La de la creatividad frente a la imitación neoclásica. • La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante.

Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición, que los ilustrados y neoclásicos ridiculizaban. Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, dispersada por toda Europa mediante Napoleón.


El Romanticismo se expandió también y renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración. Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas. EQUIPO: ROMANCE BAJO LA LUNA

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